Fué un faraón egipcio de la XVIII dinastía. Tutankamón era yerno del faraón Akenatón, que murió sin dejar hijos varones; por ello le sucedieron sus yernos, Semenkera y Tutankamón. Éste último, hermano del anterior, accedió al Trono hacia el 1360 a. C. De hecho, hasta la muerte de su suegro, Tutankamón llevó el nombre de Tutankatón, en honor del dios solar Atón cuyo culto había impulsado Akenatón con carácter casi monoteísta.
Su vida no destacó por nada en especial, salvo la manipulación que sobre él ejercieron los prebostes cortesanos. Falleció en Menfis (Egipto), en 1323, con sólo 19 años y sin un descendiente que asegurara la continuidad dinástica.
Tutankamón debe su fama a que su tumba fue la única sepultura del Valle de los Reyes que llegó sin saquear hasta la edad contemporánea. Su descubrimiento por Howard Carter en 1922 constituyó un acontecimiento arqueológico mundial, mostrando el esplendor y la riqueza de las tumbas reales y sacando a la luz valiosas informaciones sobre la época.
Mucho se ha especulado sobre la supuesta maldición del faraón niño debido a su temprana muerte. Se ha investigado mucho acerca de ella, llegando a especular un posible asesinato. Unos analistas observaron los rastros de una fractura en el fémur de la pierna izquierda, lo que confirmaría la evidente cojera que padecía el adolescente, tal y como se refleja en los dibujos y relieves de la época. Además, no se debería descartar una más que posible infección generalizada por causa de esta herida crónica que, al ser imposible su total curación, habría marcado los últimos meses de su existencia.
Tutankamón, da para más.....
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